En la compleja cadena de suministro de productos perecederos, la eficiencia del almacenamiento y el transporte es fundamental. Los almacenes frigoríficos se destacan, en este escenario, como pilares indispensables para la conservación y mantenimiento de la calidad, ya que, al fin y al cabo, mantienen la calidad y la integridad de los alimentos.
En este contenido, exploraremos la estructura sofisticada de estas instalaciones y cómo actúan para preservar y garantizar la calidad, hasta que los productos lleguen al consumidor.
¡Buena lectura!
¿Qué es un almacén frigorífico?
Un almacén frigorífico es una instalación diseñada para la conservación y el almacenamiento de alimentos perecederos que requieren control de temperatura para mantener la calidad del producto y la seguridad alimentaria del consumidor.
Este lugar opera a temperaturas y humedad controladas, adaptándose a diferentes tipos de alimentos. Para alimentos congelados la temperatura más común es de -18 °C, mientras que, para productos frescos o refrigerados, puede variar entre 0 ºC y 5 ºC. Estas infraestructuras son esenciales en la cadena de frío para asegurar que los productos se mantengan en condiciones óptimas desde el productor hasta el consumidor final.
Estos almacenes utilizan tecnologías de refrigeración avanzadas y monitoreo constante para evitar variaciones térmicas, asegurando así la integridad y la longevidad de los artículos almacenados.
De esta manera, desempeñan un papel clave en la logística de productos sensibles al calor y en la reducción de las pérdidas por deterioro.
¿Cómo es la estructura de los almacenes frigoríficos?
La estructura de un almacén frigorífico está cuidadosamente diseñada para optimizar el almacenamiento y la conservación de los productos que contiene.
La forma en que se diseña la planta de un almacén tiene una influencia directa en la eficiencia de la operación logística y, en consecuencia, en los costes, por lo que es necesario considerar una serie de factores en el momento de su planificación. Por eso, muchas empresas optan por contar con la experiencia y la infraestructura de un operador logístico 3PL.
Con un aislamiento térmico especial en las paredes, pisos, techos y puertas, estos edificios están construidos para minimizar el intercambio de calor con el entorno externo. Las cámaras internas se modularizan en diferentes zonas con temperaturas variables, adaptándose a varios tipos de productos.
Cuentan con sistemas de refrigeración eficientes, es decir, capaces de mantener temperaturas constantes, reduciendo el riesgo de fallos. Además, incluyen racks (estanterías) optimizadas para una eficaz manipulación y almacenamiento, y algunos tienen sistemas automatizados de almacenaje.
El área de recepción y despacho de mercancías también está diseñada para facilitar estos procesos y debe estar refrigerada para mantener la cadena de frío. En general, la estructura está diseñada para cumplir con estrictas normativas sanitarias, garantizando así la seguridad alimentaria de los productos almacenados.
¿Cómo se clasifican los almacenes?
Los almacenes se clasifican según su función y el tipo de producto que almacenan.
Entre las categorías principales, tenemos los almacenes de cross-docking, destinados a la separación de cargas sin almacenaje; los almacenes generales, que ofrecen custodia y conservación de una amplia gama de productos; y los centros de distribución, que funcionan como puntos estratégicos para la recogida y el envío de productos.
Además, existen almacenes especializados, como los almacenes fiscales, frigoríficos de procesamiento o de valor agregado, entre otros.
Túneles de congelación o “Blast Freezers”
Los túneles de congelación o «Blast Freezers» son cámaras especiales diseñadas para congelar rápidamente un producto que llega refrigerado, evitando la formación de cristales de hielo y preservando las características organolépticas del producto. De esta manera, el alimento puede ser transferido de manera segura al área de almacenamiento.
Cámaras de Almacenamiento
Las cámaras de almacenamiento se diseñan según el tipo de operación, buscando optimizar tanto la eficiencia como la eficacia de los procesos. Generalmente, tienen formas cuadradas o rectangulares, lo que facilita el flujo de equipos como montacargas y el movimiento del personal.
Los sistemas de almacenamiento más comunes son del tipo «porta pallet» y se pueden clasificar en diferentes configuraciones, según las necesidades de la operación:
- Single Deep: Ideal para operaciones de alto volumen, permitiendo un acceso rápido a los artículos almacenados.
- Double Deep: Un sistema de mayor profundidad que aumenta la capacidad de almacenamiento sin requerir mucho más espacio.
- Drive In: Adecuado para almacenar grandes volúmenes de productos con baja rotación, permitiendo que los vehículos entren directamente en las filas de racks.
- Pushback: Utiliza carros que permiten apilar pallets en profundidad, ofreciendo mayor densidad de almacenamiento.
- Sistemas semiautomáticos: Como los racks móviles, que proporcionan flexibilidad y alta densidad de almacenamiento.
- ASRS (Automated Storage and Retrieval Systems): Sistemas automatizados de almacenaje y recuperación, ideales para operaciones de alto volumen y rotación, optimizando el uso del espacio y el tiempo.
Los sistemas de refrigeración suelen estar diseñados para operar de forma continua, con sistemas de respaldo de energía para garantizar que no haya alteraciones en las temperaturas, lo que podría comprometer la integridad de los alimentos congelados.
Beneficios de la automatización del almacén frigorífico
La automatización en los almacenes frigoríficos representa un avance significativo en la gestión de la cadena de frío. La aplicación de tecnologías avanzadas en estas instalaciones no solo mejora la precisión y eficiencia de las operaciones, sino que también reduce significativamente los costos operativos y maximiza el rendimiento general.
Entre los principales beneficios de un entorno automatizado se incluyen:
- Seguridad y calidad de los productos: La automatización minimiza la interferencia humana, reduciendo el riesgo de errores y garantizando que los productos se almacenen y manipulen de forma consistente, manteniendo la integridad de la cadena de frío.
- Eficiencia en el uso del espacio: Los sistemas automatizados, como el ASRS y los racks móviles, permiten optimizar el espacio vertical y horizontal del almacén, aumentando la capacidad de almacenamiento sin la necesidad de expandir físicamente la instalación.
- Ahorro de energía: La automatización puede diseñarse para ser más eficiente energéticamente, operando solo cuando es necesario y ajustando el consumo de energía según las demandas de movimiento y almacenamiento, lo cual es crucial en entornos refrigerados donde los costos de energía son elevados.
- Reducción de costos operativos: Se requiere menos mano de obra para operar sistemas automatizados, y la precisión de estos sistemas reduce el desperdicio y la pérdida de productos. Además, el menor tiempo de manipulación y la reducción de errores contribuyen a operaciones más económicas.
- Aumento de la productividad: La automatización permite operaciones continuas 24/7, optimizando los procesos de entrada, almacenamiento y salida de mercancías. Esto asegura un movimiento más rápido y eficiente de productos, reduciendo tiempos de entrega y mejorando la capacidad de respuesta al mercado.
Aunque la automatización ofrece numerosos beneficios, su implementación requiere una inversión inicial considerable. Por ello, es esencial evaluar cuidadosamente cuándo vale la pena automatizar un almacén frigorífico.
Factores como el tamaño del almacén, el retorno sobre la inversión (ROI), los costos de mano de obra y el consumo de energía deben analizarse antes de tomar una decisión. En almacenes de gran tamaño, con alta rotación y grandes volúmenes, la automatización tiende a ser muy ventajosa, ya que el retorno de la inversión se obtiene en un plazo más corto. Sin embargo, para operaciones más pequeñas, donde los costos de mano de obra son relativamente bajos o el volumen de movimiento de mercancías es reducido, la automatización puede no generar los mismos beneficios inmediatos.
Cada operación debe realizar un análisis de costo-beneficio detallado, teniendo en cuenta las particularidades de su negocio y su estructura. El equilibrio entre la inversión inicial y los beneficios en eficiencia, seguridad y ahorro a largo plazo será clave para determinar la viabilidad de la automatización.
Seguridad
La automatización de los almacenes frigoríficos eleva significativamente la seguridad de los productos almacenados. Con sistemas integrados de monitoreo y control de temperatura y humedad en tiempo real, es posible reducir al mínimo las variaciones no deseadas que puedan afectar la calidad y seguridad de los alimentos.
Además, la reducción de la manipulación manual disminuye la exposición de los productos a contaminaciones cruzadas, errores humanos y daños físicos. Los equipos automatizados están programados para ejecutar tareas con precisión constante, siguiendo estrictos estándares de higiene y seguridad alimentaria.
Agilidad en los procesos
Los sistemas de gestión de almacenes (WMS) controlan todos los procesos dentro del almacén, como la entrada y salida de productos, el inventario y todos los procesos internos de valor agregado. Esto optimiza el control del almacén según el parámetro indicado, que en el caso de los almacenes para alimentos, idealmente es FEFO (first expire-first out), es decir, por fecha de expiración.
Con un sistema ágil y bien parametrizado, el tiempo de respuesta del almacén se reduce considerablemente.
Productividad
A través del mismo sistema WMS y el uso de sistemas automáticos o semiautomáticos de manipulación y clasificación, como cintas transportadoras, los operadores pueden centrarse en actividades de mayor valor, dejando las tareas repetitivas para ser realizadas por máquinas.
Con la reducción sistemática de errores de inventario y la precisión en la selección de pedidos, la eficacia aumenta, lo que permite que se gestionen mayores volúmenes de productos con menos esfuerzo y en menos tiempo, impulsando así la productividad operativa.
Eficiencia de almacenamiento
La eficiencia de almacenamiento es otra gran ventaja de la automatización. Los sistemas inteligentes de gestión logran optimizar el uso del espacio disponible, empleando alta densidad de almacenamiento y mejorando la ocupación vertical del almacén.
Con la automatización, estanterías y racks están diseñados para ser compatibles con dispositivos automatizados, lo que resulta en una mejor organización del inventario.
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